Herramientas modernas para astrónomos aficionados.
Atrás quedaron los días en que teníamos que esperar a que la noche nos envolviera y revelara gradualmente su belleza iluminando las estrellas, una tras otra.
Solo entonces podíamos descubrir un intruso en una constelación particular: un planeta que pasaba en su eterno viaje alrededor del Sol; o mejor aún: la sorpresa definitiva, la presencia de un cometa.
Hoy, planificamos nuestras veladas astronómicas. Gracias a las herramientas informáticas, ya no hay sorpresas. Sabemos exactamente dónde apuntar el telescopio para encontrar a Saturno adornado con sus anillos, a Júpiter y la danza de sus cuatro lunas, y a Venus en forma de media luna.
El momento culminante de la velada: invitamos al público a mirar hacia un punto muy específico del cielo y, en el minuto señalado, apuntamos con un láser a este pequeño objeto luminoso que recorrerá lentamente la bóveda celeste: la ISS, la Estación Espacial Internacional. Con la hora exacta, al segundo. ¡Suficiente para hacer soñar a nuestros trabajadores ferroviarios de la SNCF!
Además, con ganas de compartir este conocimiento, te invito a instalar dos programas increíblemente efectivos y seguros en tu computadora o teléfono móvil que te encantarán y emocionarán a tus seres queridos.
Primero, en tu computadora.
En secciones anteriores, solía usar capturas de pantalla para recrear el cielo de una época específica, pasada o futura. Gracias a Stellarium, puedes hacer cualquier cosa.
Es un software gratuito, fácil de instalar e increíblemente efectivo. Prueba de ello: nunca lo he bloqueado, y quién sabe cómo nos llevamos las computadoras y yo…
¿Qué puedes esperar de este software?
Funciona en tiempo real. Al iniciar, el Sur está justo frente a ti. El cielo se ve exactamente como es. Si es de día, aparte del Sol, nada ocupará la pantalla. Pero, por supuesto, al igual que durante un eclipse, puedes sumergirte en la oscuridad usando la barra de herramientas de la parte inferior y haciendo clic en "Atmósfera". Como si estuvieras en la Luna, que no tiene atmósfera, podrás ver el Sol junto con las estrellas, los planetas y todo lo demás.
Hay dos barras de herramientas: una en la parte inferior, donde encontrarás la fecha y la hora, además de varias funciones.
La otra está a la izquierda, hacia la parte inferior.
Con todas estas funciones, puedes crear oscuridad, eliminar el suelo y mostrar constelaciones, sus nombres, sus contornos y sus límites.
Puedes avanzar o retroceder en el tiempo. Identifica satélites, la Estación Espacial Internacional y nebulosas.
Al colocarte en cualquier lugar de la Tierra, puedes imaginar ver el cielo actual como si estuvieras en Mayotte o Noruega.
Aún mejor. Si, en tus sueños más locos, deseas ver la Tierra girar sobre su eje en un solo día, colócate en la Luna; es muy práctico. Y original. Barra de herramientas izquierda: Ubicación, luego Tierra y selecciona la Luna.
Apuntas a un objeto con el ratón. Aparece su nombre. Una pulsación rápida de la barra espaciadora y aparece en el centro de la pantalla. Con la rueda del ratón, puedes hacer zoom para descubrir la foto más hermosa tomada de ese objeto con grandes telescopios. Fabuloso. El cielo profundo directamente en tu escritorio.
Todos pertenecemos a una generación que aprendió de libros, enciclopedias y diccionarios. Pero debemos admitir que esta herramienta informática es extraordinaria y elimina horas de investigación. Cuando pienso en las dificultades que teníamos con los mapas estelares de papel... De noche, es oscuro, como dicen. No todo el mundo tiene la capacidad de ver con claridad. No, no es una mala palabra.
Y para leer el mapa, había que encender la lámpara. Y al encenderla, ya no se veía nada. Un círculo vicioso.
¡Qué fácil es usarla! Y, sobre todo, los astrónomos en ciernes ya no se desaniman por estas dificultades, que han sido eliminadas por la tecnología moderna. La versión nocturna, en rojo, permite ver en directo sin cegarse.
En tu teléfono.
Para teléfonos, hay varias aplicaciones disponibles, según la marca.
Sin hacer publicidad, mencionaré Sky Map, porque tengo un Samsung.
Por las tardes, veo a gente sacar sus teléfonos y comparar sus pantallas con el cielo real que ven. Es maravilloso y una verdadera evolución en la práctica. Nunca habíamos visto a nadie venir con un mapa estelar.
Es como si el cielo fuera accesible para todos y tuviéramos las herramientas para contemplarlo y estudiarlo.
Telescopios con GoTo
Otra revolución en nuestra vida diaria como astrónomos.
Soy de la vieja escuela, y como en primaria, aprendimos que B y A durante nuestras clases de Astronomía Básica, noche tras noche, aprendíamos los nombres de las estrellas, las constelaciones y los movimientos de los planetas, mirando al cielo hasta que nos dolía el cuello.
Después, intentábamos localizar tal o cual objeto con el telescopio. Invisibles a simple vista, teníamos que orientarnos usando estrellas ligeramente más visibles y seguir su trayectoria en el cielo para encontrar el objeto en cuestión, que entonces revelaría toda su belleza. Galaxias, nebulosas, cúmulos estelares. ¡Qué placer fue lograr ese resultado!
Hoy veo a jóvenes llegar a los sitios de observación con telescopios equipados con GoTo. Fantástico. Al anochecer, alinean el telescopio con dos estrellas notables que identifican en la computadora del instrumento, y el resto de la noche es pan comido.
Con el controlador de mano, giran, pasando de una nebulosa planetaria a una galaxia lejana, de un cúmulo globular a un objeto difuso. Es maravilloso. ¿Pero realmente conocen el cielo? Me abstendré de opinar, porque mi respuesta podría parecer un viejo celoso y rencoroso, siempre quejándose de que las cosas eran mejores antes.
Es como comparar las guerras de antaño, donde había que ver al enemigo para neutralizarlo con una bala, o mejor aún, verle los ojos para clavarle una bayoneta, con las guerras de hoy con drones que matan, pilotados por personas a kilómetros de distancia, quizás incluso con traje de negocios. No son comparables.
Mi simple objetivo, en mi invitación continua, era animarlos a volver la mirada al cielo, brindarles herramientas útiles y efectivas para reconectar con la realidad de la bóveda celeste.
Por supuesto, la mayoría de nosotros ya tenemos cierta edad, si no del todo, y nuestras tardes son regalos que la vida aún nos concede por un tiempo más.
Carpe Diem. Disfrutemos de este maravilloso momento. En cuanto la noche se muestre encantadora, salgamos bajo la cúpula estrellada, con nuestros ojos, nuestros binoculares, nuestras cartas astrales, en papel o digitales.
La experiencia definitiva es invitar a un niño, sea familiar o no, a alejarlo de lo que ofrece la sociedad de consumo y guiarlo hacia una realidad universal. Por experiencia, les digo: se sorprenderán; serán ellos quienes les enseñen cómo usar su teléfono o computadora bajo el cielo.
Quizás un día, en un momento de pura fantasía, cuando sus seres queridos de la infancia ya no estén, ellos también se vuelvan hacia las estrellas e imaginen, viéndolas brillar en el firmamento, que parecen reconocer a su abuelo o abuela. En este mes de noviembre, marcado por el recuerdo, hagamos el esfuerzo, contra toda lógica científica, de creer que las estrellas no son más que las almas de nuestros seres queridos difuntos, y para no olvidarlos, en lugar de agachar la cabeza en señal de duelo, elevémoslas hacia esa inmensidad donde convergen todos nuestros pensamientos errantes. Esto es especialmente apropiado, ya que alrededor del 18 de noviembre, en la segunda mitad de la noche, el cielo se llenará de estrellas fugaces, las Leónidas.
Una ocasión perfecta para pedir deseos. Pediré algunos para todos ustedes.